VENTOSILLA Y TEJADILLA
El Calvario
El CALVARIO de Ventosilla y Tejadilla es un conjunto de bellas cruces labradas en piedra sobre pedestales que rememora el «Vía Crucis» o camino de la cruz, con las catorce estaciones que hay desde que Jesús es condenado a muerte hasta que es sepultado.
Su recorrido es, además, el de las procesiones que se celebran en el lugar. Las cruces son sencillas, sin ninguna decoración. Tan sólo en la cruz central de las tres componen el calvario propiamente dicho, aparecen los símbolos de la Pasión, como son la escalera, la corona de espinas los clavos y la cartela con la inscripción INRI: «Iesus Nazarenus Rex ludaeorum» (Jesús de Nazaret Rey de los Judíos).
En el basamento de la cruz central se puede leer la siguiente inscripción labrada en piedra:
ESTE(E) (C)ALBA
RIO SE YZO HA
DEVOCION DE
LOS VECINOS
DE BENTOSILIA
AÑO DE 1799
Su ejecución hubo de ser inmediatamente anterior al de Prádena, que es de ese mismo año. El párroco de Prádena por aquel entonces, D. Manuel Carretero, para convencer a sus parroquianos de que aporten dinero para el nuevo Calvario, comenta que «los más lugares de las inmediaciones tenían Calvarios de piedra menos Prádena, donde había uno de madera carcomida». Es de suponer que en Ventosilla y Tejadilla también existiera un antiguo Calvario de madera.
La tradición de los Vía Crucis tiene su origen en el siglo IV, cuando los peregrinos que acuden a Jerusalén empezaron a recorrer en solemne oración el camino que hizo Jesús cargando con la cruz. Desde el siglo XIV, cuando fueron nombrados Custodios de los Santos Lugares, los franciscanos contribuyeron a extender esta forma de rememorar la Pasión. San Leo-nardo de Puerto Mauricio, en el siglo XVII, dio un nuevo impulso a esta devoción y sólo en Italia erigió 572 Vía Crucis.