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PRÁDENA
Ermita de San Roque
La ERMITA DE SAN ROQUE de Prádena es un templo sencillo, seguramente edificado a caballo entre los siglos XVI y XVII, cuando una epidemia de peste asoló estas tierras. A finales del siglo XVIII fue sede provisional de la parroquia, mientras se construia la nueva la iglesia de San Martín.
San Roque es el patrón de los enfermos de peste. Su devoción está muy extendida en toda la comarca. Muchas son las ermitas bajo su advocación, generalmente situadas en las afueras de las poblaciones, junto a los caminos. Sus imágenes, esculturas o pinturas, son casi omnipresentes en los templos segovianos.
Sabemos que una epidemia de peste causó estragos en la zona a finales del siglo XVI. Aunque el edificio apenas tiene elementos reseñables, su construcción ha de ponerse en relación con esa época.
Desconocemos la incidencia en Prádena, pero en Sepúlveda murió el trece por ciento de la población en quince días.
El templo consta de una nave única con una cabecera rectangular que es más alta y se cubre con bóveda de arista. Ambas se comunican a través de un gran arco triunfal de sillería carente de toda decoración. En el frente del presbiterio se sitúa el retablo mayor. Es de estilo barroco y organizado en tres calles, con una hornacina en cada una de las laterales y dos en la central.
A un lado del altar se encuentra la imagen de San Roque, que por las forma de representar sus vestiduras podrá ser de finales del siglo XVI. En su peana se puede leer: «AÑO DE 1749 AÑO, S/RENOBOSE ESTE SANTO, SIENDO/CURA EL, LICENCl/ADO DON MANUEL DE ARTACHO.»
Sabemos que este párroco es el antecesor de don Manuel Carretero, quien construyó la nueva parroquia. En aquellos trabajos tuvo que trasladar la sepultura de Artacho a la nueva capilla mayor.
En el exterior se conservan unas cruces de piedra del nuevo Calvario que sustituyó al viejo, que era de madera y estaba podrido. Datan del año 1.799 y fueron encargadas por el cura Carretero, quien recibió fondos de Juan Benito García y José Benito Estirado, quienes eran mayorales, ya jubilados, de la Casa del Infantado. También colaboraron los hijos del primero, Ramón y Julián.