DE CASTROSERNA DE ARRIBA A LA ERMITA DE LOS REMEDIOS
Ruta río San Juan. Circuito 2
Desde su nacimiento en la Sierra de Guadarrama, el río San Juan dibuja un paisaje caprichoso al compás de los estratos rocosos que atraviesa. Durante los 62,4 km de esta ruta recorreremos los sabinares que lo rodean entorno a Prádena, Casla y Ventosilla y Tejadilla, así como los cañones calcáreos entre Castroserna de Arriba y Abajo o el Molino Marijabe, en San Pedro de Gaíllos. También pasaremos junto a aldeas deshabitadas como Mataendrino o el singular castillo de Castilnovo. El itinerario se ha subdividido en tres circuitos que se entrelazan con el fin de que el ciclista pueda adaptarlos a sus necesidades.
Nos situamos en Castroserna de Arriba, junto a su iglesia parroquial donde se encuentra un panel informativo de la senda. Detrás del edificio hay un parque infantil y junto a él un puente que nos permitirá cruzar el río San Juan. Aquí parte también la Ruta del Caslilla, que nos permitiría enlazar con la Ruta del Duratón.
El Circuito 2 es un recorrido lineal, de poco más de cinco kilómetros, sin apenas desnivel y perfecto para realizar en familia. Para cogerlo deberemos desviarnos por el camino que, a la izquierda, bordea por la parte alta de la ladera una casa solitaria junto al río. Desciende ligeramente hasta llegar al camino que baja por el arroyo del Molino.
En este lugar existió un molino y una ermita de románica, de la que apenas quedan unos muros junto a la moderna construcción de la ermita de San Roque. En este tramo el agua se filtra por los suelos calcáreos y circula intermitentemente por galerías subterráneas, apareciendo y desapareciendo de forma caprichosa.
Entre el río y la ladera se abre una pequeña vega en la que apenas se conservan huertas, convertidas ahora en praderas. Entramos en Castroserna de Abajo escoltados por algunas sabinas centenarias y el valle se hace más estrecho, encañonándose entre los muros calcáreos horadados por numerosas cuevas.
Algunas se utilizaron como bodegas y otras forman parte de las viviendas que trepan por la ladera.
Un magnífico puente de sillería, datado en torno al siglo XVIII, permite cruzar el río, pero nosotros continuaremos de frente, hasta salir del pueblo por un sendero que nos llevará al paraje de la Ermita de los Remedios. Un enclave de gran valor ecológico en el que abundan los buitres leonados. Merece la pena disfrutar de suave y relajante vuelo de estas enormes carroñeras.
Nos situamos en Castroserna de Arriba, junto a su iglesia parroquial donde se encuentra un panel informativo de la senda. Detrás del edificio hay un parque infantil y junto a él un puente que nos permitirá cruzar el río San Juan. Aquí parte también la Ruta del Caslilla, que nos permitiría enlazar con la Ruta del Duratón.
El Circuito 2 es un recorrido lineal, de poco más de cinco kilómetros, sin apenas desnivel y perfecto para realizar en familia. Para cogerlo deberemos desviarnos por el camino que, a la izquierda, bordea por la parte alta de la ladera una casa solitaria junto al río. Desciende ligeramente hasta llegar al camino que baja por el arroyo del Molino.
En este lugar existió un molino y una ermita de románica, de la que apenas quedan unos muros junto a la moderna construcción de la ermita de San Roque. En este tramo el agua se filtra por los suelos calcáreos y circula intermitentemente por galerías subterráneas, apareciendo y desapareciendo de forma caprichosa.
Entre el río y la ladera se abre una pequeña vega en la que apenas se conservan huertas, convertidas ahora en praderas. Entramos en Castroserna de Abajo escoltados por algunas sabinas centenarias y el valle se hace más estrecho, encañonándose entre los muros calcáreos horadados por numerosas cuevas.
Algunas se utilizaron como bodegas y otras forman parte de las viviendas que trepan por la ladera.
Un magnífico puente de sillería, datado en torno al siglo XVIII, permite cruzar el río, pero nosotros continuaremos de frente, hasta salir del pueblo por un sendero que nos llevará al paraje de la Ermita de los Remedios. Un enclave de gran valor ecológico en el que abundan los buitres leonados. Merece la pena disfrutar de suave y relajante vuelo de estas enormes carroñeras.